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Lágrimas en la lluvia

Me conformo con mirar

En nuestras vida hay veces que soñamos con personas que nos encontramos, que conocemos y que a veces no significamos nada para ellas mientras que para nosotros lo son todo. Nos conformamos simplemente con mirarlas, sonreír si podemos, o hacer algún gesto. Pero nada más allá. Sabes que si intentáramos acercarnos a ellas nuestro intento sería inútil, porqué no somos a quienes buscan.

Me conformo con mirarte

He pasado tantos días mirándote
sin levantar la voz del silencio
sin susurrarte una palabra
que ahora no sé si sabes que existo
o si sólo crees que soy uno más
que mora por los rincones de la lejanía

Sólo puedo mirarte a los ojos
porqué sé que esperas para tí
otra estrella que no brilla en el cielo
y a pesar de ponerme en el horizonte cuando
cae el sol, y abrazarme con la luna
no soy yo a quien miras

Mis pies, no tienes ruedas
Mi cuerpo, no se cubre con alagos
es que yo soy sólo un soñador
que desea hacerte feliz
que sólo piensa tí.
Y es que quizá sólo quieras para tí
la admiración ajena de tener una ilusión
que compartir.

¿Y qué será de nosotros
que queremos sólo haceros sonreír?
Me quedaré entonces en la tierra del cielo
que mis labios no son míos, si no tuyos
que mi corazón es ceniza
y mi alma navega por el oculto rincón
en donde un día te encontraré.

Mientras tanto, sueño.
Y espero que sepas
que te he estado esperando.
Para amarte, sólo, para amarte.

Poesía a un encuentro al atardecer.

Hoy he estado charlando con Cris, una reciente amiga que conocí a través de mi grandísimo amigo, Juan. Le prometí que un día la traería a Galicia para enseñarse un acantilado que hay en las Islas Cies, en Vigo. Desde allí se puede ver una gran losa azul que inhunda todo, y si ese día el cielo está azul el mundo se transforma frente a nuestros ojos. Es una imagen preciosa que nunca he podido olvidar de mi mente. Y que cada vez que la veo me quedo inmóvil. Ella me preguntó si había escrito alguna "poesía" más últimamente. Le dije que no, que la inspiración no me había llegado. Pero después de haber hablado de la promesa y del acantilado se me ocurrió hacer esto.

Atardecer

Si mis brazos fueran alas
surcaría el cielo para ir a buscarte
y en mi camino, recogería una flor
para entregártela.
Juntos volaríamos entre azules,
blancos, y negros.
Y al llegar, te llevaría a la tierra
que te había prometido
El mundo sería flor por un instante
nuestros corazones se embriagarían
por el olor, y el susurro del mar.
Tus ojos, cubiertos por mis manos,
arderían a la espera de encontrar mi promesa.
Y cuando los abras recibirás
el regalo que mi corazón te quiere dar.
El mundo será el jardín que nos rodea
tú serás la rosa, yo el clavel, y juntos,
embriagados por el adiós del sol
te susurraré:
"Aquí tienes mi regalo".

Lágrimas en la lluvia

En la vida existen cosas muy importantes y de las cuales no nos damos cuenta porqué las tenemos siempre. Hay veces que un suceso, normalmente desafortunado, nos quita la luz cegadora y nos damos cuenta de lo que hemos perdido. También existen personas, cosas, acciones (malas y buenas), momentos en la vida que pasan para nosotros como lágrimas en la lluvia. Se pierden, se olvidan, desaparecen. No cobran importancia. Nunca la tienen, a veces. A veces sí. Y se olvida. Sólo quiero recoger con un frasquito todas aquellas lágrimas y dejarlas para siempre en mi corazón.