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Lágrimas en la lluvia

Poesía a un encuentro al atardecer.

Hoy he estado charlando con Cris, una reciente amiga que conocí a través de mi grandísimo amigo, Juan. Le prometí que un día la traería a Galicia para enseñarse un acantilado que hay en las Islas Cies, en Vigo. Desde allí se puede ver una gran losa azul que inhunda todo, y si ese día el cielo está azul el mundo se transforma frente a nuestros ojos. Es una imagen preciosa que nunca he podido olvidar de mi mente. Y que cada vez que la veo me quedo inmóvil. Ella me preguntó si había escrito alguna "poesía" más últimamente. Le dije que no, que la inspiración no me había llegado. Pero después de haber hablado de la promesa y del acantilado se me ocurrió hacer esto.

Atardecer

Si mis brazos fueran alas
surcaría el cielo para ir a buscarte
y en mi camino, recogería una flor
para entregártela.
Juntos volaríamos entre azules,
blancos, y negros.
Y al llegar, te llevaría a la tierra
que te había prometido
El mundo sería flor por un instante
nuestros corazones se embriagarían
por el olor, y el susurro del mar.
Tus ojos, cubiertos por mis manos,
arderían a la espera de encontrar mi promesa.
Y cuando los abras recibirás
el regalo que mi corazón te quiere dar.
El mundo será el jardín que nos rodea
tú serás la rosa, yo el clavel, y juntos,
embriagados por el adiós del sol
te susurraré:
"Aquí tienes mi regalo".

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